Palxuchuc.
Árbol de hojas esbeltas y bipinnadas, de fronda sombra, grande a mis ojos. Elegante te presentas cargado de frutos, cuelgan tus pequeñas vainas cafés, innumerables como las múltiples gotas que segrega mi boca cuando tú sabor arruga mi rostro.
Morena veo tus lizas y carnosas piernas color del tamarindo, siento tu cercanía y un ácido recorre mis pensamientos al ver tus caderas, también las ventanas de tu universo esos ojos intensos de negrura igual que la semilla, redondos y expresivos.
Le quito el tercipelo a la fruta y bebo tu agua fresca, siento como recorres mi cuerpo. Invades mis pensamientos, imagino lo terso de tu pulpa.
Al verte pasar a mi lado, tus pechos me saludan en un bamboleo cadencioso, llegas a la sombra del palxuchuc que me cubre del sol y cae un tamarindo entre los dos, veo tus carnosos labios asomando una ligera sonrisa. Escucho el crujir de una la que pisas al pasar, brota la pulpa desnuda, ese fue mi último recuerdo de ti.